Azafrán en El Valle

A fines de la década del 50 una joven María Luisa llega al oeste de la provincia de Córdoba con sus padres y hermanos, es un nuevo comienzo, allí aprenderá a ganarse la vida como los locales, en tiempo de siembra y de cosechas hay oportunidades breves para todas las manos disponibles. Ella recuerda siempre el trabajo en la recolección del preciado condimento, el trabajo de madrugada, sus espinas bravas y los desayunos de mate cosido con palta y azúcar que les ofrecían en el campo.
En sus palabras:
"(...) siguió la cosecha de azafrán, que se cosecha desde el alba hasta que sale el sol, después no se puede por las espinas. El sereno de la noche las mantenía calmas pero cuando el sol salía nos pinchaban (las manos al cortarlas)".*

*nota: en el paraje El Valle, en traslasierra donde vivía mi mamá, el sol sale muy temprano pero tarda al menos dos horas en asomarse sobre las sierras lo cual les daba a los cosechadores dos o tres horas de luz de día para cosechar antes de comenzar a secar y endurecer las espinas del azafrán.
Ixx, 2024